La quimioterapia puede afectar a la salud de las uñas, pero con cuidados suaves es posible recuperarse tras el tratamiento. Descubra consejos de apoyo, ideas y orientación segura para clientes y profesionales que atraviesan este viaje.
La quimioterapia es un tratamiento que salva vidas, pero también puede acarrear efectos secundarios que afectan a las uñas. Si usted, un ser querido o un cliente está recibiendo quimioterapia, es posible que note cambios como sequedad, crestas, decoloración o mayor fragilidad. Algunas personas también experimentan dolor o sensibilidad alrededor de las uñas. Aunque estos cambios son completamente normales, pueden resultar molestos, sobre todo si las uñas siempre han formado parte de tu autocuidado o de tu confianza.
¿La buena noticia? Con unos cuidados suaves y el enfoque adecuado, puedes mantener la salud de las uñas durante este periodo y a lo largo de la recuperación.
La quimioterapia se dirige a las células de crecimiento rápido, lo que desgraciadamente incluye el pelo, la piel y las uñas, además de las células cancerosas. Por eso las uñas pueden debilitarse, crecer más despacio o, a veces, levantarse o partirse. La experiencia de cada persona es diferente, pero lo más importante es tratar las uñas con paciencia y amabilidad.
He aquí algunas formas seguras y suaves de cuidar las uñas durante la quimioterapia:
- Mantén las uñas cortas y lisas: Esto reduce el riesgo de enganchones o roturas.
- Hidratar a diario: Utiliza una crema de manos nutritiva o un aceite para cutículas, insistiendo en la lámina ungueal y la piel circundante. La hidratación es clave.
- Utiliza guantes: Protéjase las uñas cuando limpie, friegue los platos o trabaje en el jardín para reducir la exposición a los productos químicos y al agua.
- Evita los productos agresivos: Evita los productos químicos fuertes o cualquier cosa que pueda resecar o irritar más las uñas.Asegúrate de llevar guantes cuando limpies.
- Sólo esmalte de uñas: Si quieres color, opta por esmaltes de uñas como Peacci.
Mucha gente quiere sentirse mimada durante el tratamiento, ¡y con razón! Pero es esencial ser precavido. Si estás pensando en someterte a un tratamiento en un salón de belleza, es importante que lo hagas:
- Consulta primero con tu equipo médico, sobre todo si su sistema inmunitario está bajo.
- Informa a tu técnico de uñas de que estás en tratamiento para que pueda adaptarse (por ejemplo, evitando cortar las cutículas o utilizando los productos más suaves).
- Dé prioridad a la higiene: asegúrese de que su salón cuenta con estrictos procedimientos de desinfección para minimizar el riesgo de infección.
Al finalizar el tratamiento, las uñas suelen empezar a recuperarse, aunque puede tardar varios meses. Durante este tiempo:
- Continúa con la hidratación diaria: Piensa en ello como una rehabilitación para tus uñas.
- Ten paciencia con el rebrote: Las nuevas uñas crecerán más fuertes y sanas con el tiempo.
- Retoma los tratamientos gradualmente: BIAB™, geles o extensiones pueden volver a ser una opción una vez que las uñas estén fuertes, pero introdúcelos poco a poco y asegúrate de que tu clienta habla con su médico de cabecera.
Para muchos, las uñas son algo más que apariencia; son confianza, normalidad y un poco de "tiempo para mí". Si estás pasando o recuperándote de la quimioterapia, recuerda que no pasa nada por sufrir los cambios en tu cuerpo y que tampoco pasa nada por adoptar pequeños rituales de autocuidado. Incluso una simple lima, un aceite y un masaje de manos pueden reconfortarte.
El cuidado de las uñas durante y después de la quimioterapia es cuestión de delicadeza, paciencia y amor propio. El viaje de cada persona es único, así que escucha a tu cuerpo, sigue los consejos de tu equipo médico y adapta tu rutina de uñas a lo que te resulte seguro y te ayude.
En TGB, creemos que las uñas son más que belleza; son parte de volver a sentirte tú misma. Si estás recorriendo este camino, debes saber que no estás sola.
